“Sólo ellas se entienden a sí mismas y a los parecidos a ellas, tal como sólo las almas entienden a las almas.”
Hablaba de las estrellas, Walt Whitman, se refería a ellas. Cada una con sus formas, sus luces y sus maneras de dejarse ver según la noche.

viernes, 8 de abril de 2011

2.

El arte y los pasteles.

Cuando algo empieza por despecho no puede terminar bien, o si.
El despecho era hacia mi ex, o al muerto, como dice mi amiga Lili a su muerto, porque todas tenemos uno.
La cosa era que al muy macanudo del muerto no se le antojaba acompañarme a una muestra de fotografía. Así que quién les habla tuvo que encontrar otro compañero que quisiera discutir conmigo si la composicion estaba bien, si el encuadre era una cagada, qué tal la iluminación. Mentira, a quién engaño, lo que yo quería era que el muerto se enterara que habia ido con otro y que se retuerza de la bronca. Cosa que nunca sucedió, porque él nunca se enteró de que fui y porque ambos bien sabíamos que ya no existía amor entre nosotros. Era sólo una guerra de poderes, pero eso lo dejo para otro día.

Primero fue una visita a una expo de fotos. Después a un museo, despues a otro y a otro. Así hasta que ya no sabíamos si disfrutabamos de las muestras o el tiempo que pasabamos charlando de los colores, de la infancia o de volar antes de quedarse dormido. Lo cierto era que yo me sentía cómoda con él, tan cómoda que hablabamos de lo que sea, y el tiempo pasaba y no lo registrabamos hasta que el último rayo de sol iluminaba la tarde.
Así fue como descubrí mi pasión por el arte, por la foto, por las pinturas, las esculturas.

Un día me regaló un color. Y otro día, otro color. Y así fui recuperando, todo lo que el muerto me había robado, sin ningún derecho, desde hacía unos meses.

Como dice Lola, mi amiga de la noche, “Ya no estas para mas fracasos amorosos". Es por eso que nunca pasó nada con mi amigo del arte y los colores. Es por eso que nunca le “dí ningún credito” y ni una sola chance, como dice él “a que seamos felices” y comamos perdices.
Todos tenemos nuestra forma de acercarnos al arte. Esta fue la mía.
Un poco por despecho, un poco de casualidad. Por vengarme del muerto había descubierto una pasión. Quién dijo que vengarse no es sano.
Pero qué tienen que ver todo esto con los pasteles y el arte. La cuestión es que mi amigo de los colores tiene una alimentación un tanto exótica, por no decir rarísima, todavía no encuentro palabras para describirla.
Así como hay hombres para todos los gustos, no debemos olvidar los nuestros chicas. Y aquel que me conoce, sabe que si alguna vez pensamos en que suceda algo entre nosotros, la relación estaba predestinada al fracaso.