“Sólo ellas se entienden a sí mismas y a los parecidos a ellas, tal como sólo las almas entienden a las almas.”
Hablaba de las estrellas, Walt Whitman, se refería a ellas. Cada una con sus formas, sus luces y sus maneras de dejarse ver según la noche.

miércoles, 13 de abril de 2011

5.

¿De donde nace el sentido de pertenencia?
Hace días que estoy sintiendo que mi lugar, no es ningún lugar. Largas discusiones teníamos con el muerto sobre este temita. “Paula, estas tan arraigada a este lugar” solía decir en varias ocasiones. Lo cierto es que no sé que tan arraigada estoy, ni tampoco sé cuánto no lo estoy, tampoco sé si es algo malo. Hay noches en las que siento que no sé nada, por eso me siento a escribir; para comprender, para comprenderme.

Hay un momento en la vida en que las personas se preguntan de dónde vienen y cómo, de alguna manera, un poco por azar y otro por voluntad, se fue creando su historia.
Hace tiempo que esta idea me hace ruido. Saber de dónde vengo y que tan profundas son las raíces de mi familia, es algo que me inquieta y me surge averiguarlo. Por ahora, lo que sé sobre un comienzo para mi tangible, porque compartí con ellos algunos años de mi vida, es esto:

Mis bisabuelos se conocieron en el barco cuando escapaban de la guerra. Llenos de inquietud buscaban libertad y tranquilidad por sobre todas las cosas. Supongo que lo que menos estaban buscando en ese momento era una relación, ¿Sin embargo el amor  no es precisamente eso; tranquilidad y libertad perfectamente conjugadas?
Salieron de Portugal hace casi cien años. Y no es casualidad que a su hijo, mi abuelo, lo hayan bautizado Américo.

Una vez leí que sería imposible convivir con un alma gemela. Verte reflejada en el otro, sería terrible. También leí que hay que encontrar a alguien que te complemente, dejandome una gran duda sobre si somos seres incompletas, y estamos atadas a encontrar alguien que supuestamente nos habilite algo que nos falta.
Confieso que fundé varias relaciones sobre esos principios.
Lo cierto es que deseamos compartir nuestra vida con alguien. No para encontrar nuestra alma gemela, ni para sentirnos completas, simplemente para dar y recibir.

¿Se preguntaron mis bisabuelos si eran almas gemelas, o si el otro trairía consigo eso que cada uno siente que le falta?
Creo que los dos coincidieron en desear lo mismo, y con eso fue suficiente.
Ir hacia el mismo lugar a veces no es fácil, y a veces no estamos en un barco que inevitablemente deja a todos en el mismo puerto sin preguntar.

Esta clase de certeza solo se presenta una vez en la vida”, cierta frase la de aquella película, ahora entiendo.

Chicas, prometo averiguar qué tan buena era mi bisabuela cocinando pasteles y si encuentro alguna receta la compartiré con ustedes.